
Estos son dos elementos que considero junto con la confidencialidad, de vital importancia para el éxito de caso:
Una atención personalizada
El Coaching de Identidad tiene un proceso y estructura definida pero a la vez es flexible y siempre personalizada teniendo en cuenta la «identidad única» de cada persona.
Es por ello por lo que en mi práctica sigo muy de cerca a cada uno/a, dentro de unos márgenes lógicos. Soy muy consciente de la propia historia, sus necesidades y ritmos de asimilación y progreso.
La reflexión y el estudio sobre cada caso se convierten en mi tarea prioritaria.
Me gusta dar seguimiento entre sesiones por email y si fuese necesario por teléfono, es un estilo propio que trato de mantener siempre dentro de un equilibrio.
En el proceso me gusta saberme instrumento, el verdadero protagonista es la persona que está en el proceso.
Un compromiso personal
La proceso de Coaching de Identidad es la respuesta para la persona con AMS no deseado pero no todas llegan al compromiso.
No es tarea fácil hablar con una persona a la que todavía no conoces (yo), sobre aspectos tan personales.
Puede dar vértigo saber que tendrás que enfrentar miedos e inseguridades en el proceso, pero constato que una vez se da el paso y se toma la decisión y después de la primera o segunda sesión, la serenidad y la confianza crece considerablemente. Al menos creo entender que esa es la experiencia de mis clientes. De hecho se convierte en una gran liberación poder hablar abierta y llanamente.
Quiero resaltar la exigencia que trae consigo entrar en este proceso. Subraya la importancia del «QUERER». Yo me comprometo con mi cliente, por lo mismo espero reciprocidad y responsabilidad.
El compromiso personal es un acto de la libertad y le toca a la persona la toma de decisiones sobre su vida y cómo quiere vivirla.
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