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Cuando termina un año y comenzamos un año nuevo “hacemos balance” para ver en qué cosas hemos cambiado, que cosas podemos mejorar y escribimos o pensamos una lista de propósitos para el año nuevo. Vemos los acontecimientos importantes.
Desde el 19 de febrero del 2014 que empecé mi proceso de Coaching he experimentado muchos cambios y quiero compartirlos contigo porque soy una mujer nueva.
Mi estado emocional era un estado mucho más melancólico y triste cuando comencé mi proceso, a las pocas semanas vi que podía sonreír más, que había mayor alegría en mi vida, la gente de mi alrededor también lo notaba. La alegría es importante, pero no digamos ya la paz y la serenidad. El simple hecho de contar con una persona con la que puedas hablar y el hecho de empezar a poner orden a mis ideas, quitó mucho peso que había en mi corazón.
Cuando comencé el proceso de Coaching no era consciente de que siempre se repetía un patrón de atracción, pero después de evaluarme y llegar a conocerme más, me doy cuenta de varias características que me atraían de las mujeres. En los últimos meses he conocido a muchas mujeres que hubiesen reunido esas características y no me han atraído, simplemente he tenido una relación con ellas de amistad. Me atraían cuando ellas me contaban un problema y ahora, te puedo asegurar que he seguido escuchando a muchas mujeres con problemas pero ya sin miedo a que mi corazón se confundiese.
La atracción empieza a ser casi anecdótica.
Los primeros cambios podrían ser imperceptibles, pero dejan paso a amistades sólidas con mujeres. Ya no necesito salir corriendo de situaciones, sé manejar mis pensamientos, no necesito encontrar a una mujer a la que “salvar”, ya no hay un “click” cuando alguien me cuenta sus problemas. Mucho menos me fijo en modelos, actrices, etc.
No estoy hablando de “bloqueo mental” ante un pensamiento de atracción, no estoy reprimiendo nada, simplemente no hay una “sexualización” de las relaciones como había en el pasado.
Otro cambio fue encontrar a alguien en quien confiar en un 100%, no sólo una “coach”, necesitaba una buena amiga, mayor que yo, para abrir mi corazón fuera de un contexto de sesión de Coaching. Si ves la página que escribí sobre mi mentora, verás a lo que me estoy refiriendo exactamente.
La heterosexualidad, antes olvidada, empieza a hacerse palpable, me siento mucho más cómoda con los hombres, no sintiéndome uno de ellos, sino desde mi perspectiva de ser mujer. Cuando un chico me da un abrazo no me siento mal, ni incómoda. Reconozco que en este último tiempo me han gustado un par de chicos, ¡esto antes me hubiese parecido imposible!.
Poco a poco, el contacto físico entre mujeres no es un problema, un abrazo no siempre significa que mi corazón vaya a latir más deprisa, incluso puedo ver la belleza en una mujer sin sentirme menos que ella. Autoestima, ¿Por qué buscar en las demás lo que yo misma tengo? Estoy aprendiendo a ser agradecida con mi cuerpo y a sacarle más potencial, por ejemplo, con el deporte y una dieta sana.
La relación familiar ha mejorado bastante, aunque sigue habiendo problemas en casa, yo no lo vivo igual. El nivel de percepciones tan doloroso anteriormente ha mejorado mucho, mi sensibilidad está bien orientada ahora.
Duermo mejor, me río más, la relación con las personas en general ha mejorado mucho, no tengo ansiedad, soy mucho más yo, mucho más segura cuando hablo con personas que no conozco. Cuando me enfrento a situaciones nuevas tengo más confianza en mí misma, no me echo atrás ante un problema.
Si tuviese que describir el Coaching de Identidad en una única palabra, utilizaría la palabra “completa”.
Esto por dos razones, la primera porque veo que este proceso de Coaching de Identidad no deja ni una sola área de tu vida sin explorar y sin volver a ponerlo en su lugar. La segunda razón es porque yo antes, no me sentía una persona completa y ahora sí que me siento así.
Pero por supuesto, hay que seguir trabajando. ¿Cuáles son mis propósitos para el año nuevo? Tengo que seguir profundizando en el perdón, no en la culpa, sino en perdonar a mis padres, perdonar a mis amigos/as de la infancia, también perdonarme a mí misma. Hay algunas tareas que resolver principalmente en este tema. Reconozco que el contacto físico tiene que mejorar, especialmente con aquellas personas que son más dadas a invadir mi “espacio vital” y que su manera de expresar afecto es con el tacto. Soy consciente de que cuando una mujer siente admiración por mí, mi mente puede tener dudas sobre mis sentimientos hacia esa persona, en cuestión de días se pasa, pero esa pequeña duda me gustaría eliminarla. Por supuesto, aún queda un pequeño camino que recorrer para afianzar todo más.
Quizás se necesita un poco de coraje para entrar en este proceso, pero la balanza está llena de aspectos positivos que he ido descubriendo y aprendiendo a incorporar a mi vida. Muchas gracias por leer mi cuaderno de Coaching, espero que pueda ser una puerta abierta a otra opción frente al lesbianismo, igual de válida y respetando posturas.