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La imagen personal es un aspecto que tiene mucho que decirnos ya que, influye poderosamente sobre el niño, el adolescente o joven y es un rasgo que hay que observar en las personas que experimentan atracción al mismo sexo.
En mi trabajo observo dos elementos que me gusta distinguir y relaciono con la Imagen Personal ya que, considero que hay una conexión directa, estos son la percepción y el tiempo.
En cuanto a la percepción: Es diferente cómo la persona se percibe así misma y otra muy diferente es cómo los demás le ven a ella.
El mundo de las percepciones es muy amplio. Recibimos mensajes constantes a través de imágenes, impresiones o sensaciones externas y todo esto a través de nuestros sentidos. La manera como cada individuo procesa estos mensajes dependerá de su sensibilidad, su estado emocional y anímico, en definitiva, su singular identidad. Este aspecto tiene mucha repercusión cuando se encuadra en las Relaciones Sociales de las que hablaré más adelante.
En cuanto al tiempo: He trabajado con personas adultas que a primera vista se diría que tienen una percepción e imagen de sí mismas adecuada, elevada y equilibrada. Cuando comienzan a relatar y hacer referencia a experiencias de su niñez se desvela una personalidad timidez, insegura e incluso con un cierto complejo de inferioridad. Nadie lo diría porque han aprendido a desarrollar otros recursos personales y se manejan por la vida sin aparentemente necesitar nada más, incluso los vemos funcionar con un gran liderazgo en ciertos ambientes.
Durante todo el tiempo han vivido, consciente o inconscientemente con unas «fisuras o daños», ignorando la presencia de estas para poder seguir adelante, pero siempre cargando un lastre. ¡Cuánto bien aporta a la persona reconstruir y restablecer áreas importantes de sí mismos que debieron trabajarse en su momento!, me estoy refiriendo a la autoestima.
La autoestima es un aspecto que se trabaja de manera casi “obligada” en el proceso de coaching de identidad. Para ilustrar este campo de la autoestima pensemos en el valor que tiene para un niño/a los atributos físicos del ser “demasiado”.
Demasiado, alto, demasiado bajo, demasiado flaco, demasiado gordo, desarrollarse demasiado pronto y demasiado tarde etc., todos estos son motivos perfectos para la burla, los complejos innecesarios y el sentirse inadecuado y raro, diferente a los demás. Lo que conocemos por “bullying”.
¿Es la propia imagen una causa para desarrollar atracción por el mismo sexo? ¡No!, pero es un factor importante que, junto con otras causas ya comentadas y otras, que comentaremos influyen en el desarrollo y consolidación de dicha atracción.
Las relaciones sociales y el contagio social
La mayoría de las personas con AMS han sentido en algún momento de su vida la incapacidad para vincularse con los demás y han llegado a verse diferentes a los demás niños/as. A veces inferiores y otras superiores, pero en muchas ocasiones “fuera de lugar”.
Si a un niño le falta forjar su masculinidad y el autocontrol y se queda en unos niveles insuficientes, llegarán a la adolescencia con una alta probabilidad de buscar la gratificación inmediata y no desarrollar adecuadamente habilidades de socialización y no haber aprendido a vincularse con naturalidad con sus amigos e incluso, a alcanzar sus metas en el colegio.
Richard Cohen comenta una afirmación del Dr. Gerard van der Aardweg que sostiene que la falta de una adecuada relación con los niños de su edad es un factor principal en la creación de un desorden de atracción hacia las personas del mismo sexo:
“…sentirse menos masculino o menos femenina que los compañeros o compañeras es lo mismo que, sentir que uno no pertenece al lugar donde está”.
A veces este distanciamiento viene porque no se les da bien los deportes, o simplemente no les atrae, sienten que hacen el ridículo y esto, les hace sentirse inferiores. Otros rechazan inconscientemente los deportes como reacción defensiva, no quieren identificarse con la masculinidad que le recuerda a su padre, su hermano o su propio cuerpo. (He utilizado como fuente de reflexión “Comprender y sanar la homosexualidad” de Richard Cohen).
Quiero destacar un aspecto que cada vez vemos y veremos más comúnmente, es el Contagio Social provocado por la presión mediática y por las mismas relaciones sociales en las que están inmersos nuestros hijos, nos guste o no. Hoy en día empiezan a surgir muchos casos de confusión de identidad sexual. El adolescente o joven tiene dudas, muchas veces son pasajeras y propias del crecimiento. Está a la orden del día que adolescentes en un momento de duda recurren a un amigo, a su profesor de confianza, a la psicóloga del colegio etc., y lo que reciben casi sistemáticamente son palabras de afirmación en su “homosexualidad”. El daño es enorme, no diría irreparable, pero sin duda, injusto. Por ello, es importante que nosotros seamos portadores de esta información: Existen unas causas que provocan unos comportamientos y estos, se pueden trabajar…
Esto es una invitación dirigida a cada persona que lea estas palabras, es un reclamo a ser transmisores de esta certeza.